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Lo importante es en qué medida contiene cada cual el calor y la humedad; la proporción dominante de cada elemento determinará las inclinaciones. El elemento cálido producirá iracundos, porque el fuego es activo y persistente. El elemento frío hará tímidos, porque el frío embota y comprime. Por esta razón, algunos filósofos de los nuestros pretenden que la ira brota del pecho cuando la sangre hierve en derredor del corazón; y no hay otra razón para asignar con preferencia este asiento á la ira, sino que el pecho es la parte más caliente de todo el cuerpo. En los que domina el principio húmedo, la ira crece poco á poco, porque no está preparado en ellos el calor, sino que lo adquieren por el movimiento. Así es que la ira de las mujeres y de los niños antes es viva que profunda, siendo débil en su principio: en las edades secas, la ira es violenta y sostenida, pero sin aumento, progresando poco porque al calor, que ya declina, le reemplaza pronto el frío. Los ancianos son susceptibles y quisquillosos, como los enfermos y convalecientes y aquellos á quienes el cansancio ó pérdida de sangre han agotado el calor. En igual condición se encuentran los atormentados por el hambre y la sed, los que tienen sangre pobre y los debilitados por mala alimentación. El vino inflama la ira, porque aumenta el calor, según el temperamento de cada cual.
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