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Al fin de aquel verano, los Atenienses enviaron veinte barcos a Sicilia, al mando de Laquete, hijo de Melanopo, y de Caréades, hijo de Eufileto, porque los Siracusanos tenían guerra contra los Leontinos y estaban confederados en Grecia con todas las ciudades de la tierra de Doria, excepto con los de Camarina , y los Dorios tenían alianza con los Lacedemonios antes que comenzasen la guerra, aunque no fueron en su compañía. También los Locrios tenían amistad en Italia, y los Leontinos por amigos a los Calcidenses y Camarinos. En Italia, los de Regio, que eran de su nación y deudos, como aliados de los Leontinos, pidieron a los Atenienses, así por la antigua amistad, como porque eran Jonios de nación, que les enviasen de socorro algunas naves para su defensa contra los Siracusanos, sus comarcanos, que les querían impedir el comercio por mar y tierra. Los Atenienses otorgaron su demanda y enviaron sus barcos so color de la amistad que tenían con ellos, aunque a la verdad más era para estorbar que viniesen víveres de Sicilia al Peloponeso, y por si podían conquistar Sicilia. Al llegarla armada de los Atenienses a Regio, comenzó la guerra contra los Sicilianos en compañía de los de Regio, pero sobrevino el invierno que la interrumpió.
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