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Y porque me sería cosa muy difícil relatar aquí todos los dichos y consejos, determinaciones, conclusiones y pareceres de todos los que hablan de esta guerra, así en general como en particular, así antes de comenzada, como después de acabada, no solamente de lo que yo he entendido de otros que lo oyeron, pero también de aquello que yo mismo oí, dejo de escribir algunos. Pero los que relato son exactos, si no en las palabras, en el sentido, conforme a lo que he sabido de personas dignas de fe y de crédito, que se hallaron presentes y decían cosas más consonantes a verdad, según la común opinión de todos. Mas en cuanto a las cosas que se hicieron durante la guerra, no he querido escribir lo que oí decir a todos, aunque me pareciese verdadero, sino solamente lo que yo vi por mis ojos, y supe y entendí por cierto de personas dignas de fe, que tenían verdadera noticia y conocimiento de ellas. Aunque también en esto, no sin mucho trabajo, se puede hallar la verdad. Porque los mismos que están presentes a los hechos, hablan de diversa manera, cada cual según su particular afición o según se acuerda
. Y, porque yo no diré cosas fabulosas, mi historia no será muy deleitable ni apacible de ser oída y leída. Mas aquellos que quisieren saber la verdad de las cosas pasadas y por ellas juzgar y saber otras tales y semejantes que podrán suceder en adelante, hallarán útil y provechosa mi historia, porque mi intención no es componer farsa o comedia que dé placer por un rato, sino una historia provechosa que dure para siempre.
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