Pánico
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Griego: Πανικός, Πανική, Πανικόν, ‘de Pan’ Derivada de:
El término en griego es un adjetivo derivado del nombre del dios Pan, divinidad silvestre a quien se atribuían los sobrecogedores ruidos de causa ignota oídos por montes, selvas o valles (cf. diccionario griego-francés Bailly). El adjetivo es empleado por vez primera por Epiménides de Creta, filósofo y poeta quizá del siglo VI a.C., de quien conservamos unos pocos fragmentos; en uno de ellos, cuando narra el catasterismo de Egipán en Capricornio, indica que fue compañero de Zeus y que le ayudó a vencer a los Titanes haciendo sonar una caracola: éstos huyeron a causa del ruido denominado 'pánico'; el adjetivo se aplica en griego a objetos o hechos asociados con esta divinidad, indicando, por ejemplo, pertenencia (una fuente del dios Pan), etc., pero, sobre todo, suele aparecer en combinación con nombres que indican miedo, temor, pavor, etc., como δεῖμα, θόρυβος, τάραχος...; y el historiador Polibio presenta al adjetivo sin nombre alguno con esta acepción. En español, según Corominas (370-371), se documenta por vez primera en Gracián; así, en el capítulo X de El Criticón se lee: "dieron todos a huir desalentados; achaque ordinario de motines, que si con furor se levantan, con pánico terror se desvanecen"; aunque se trata de un adjetivo, hoy en día es más frecuente entenderlo como sustantivo y abundan construcciones como "En los últimos 10 días, la entidad ha perdido en Bolsa cerca de 2.000 millones de euros. Y lo más preocupante es que el pánico no cesa" (El Mundo 17/05/2012); "Laporta cree que lo de Tito Vilanova responde al pánico" (ABC 15/05/2012); "El pánico se transforma en delirio" (El País 13/05/2012). Acepciones
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Primera documentación
Diccionarios online
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