Laberinto
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Griego: λαβύρινθος, λαβυρίνθου (ὁ), ‘laberinto; lugar lleno de rodeos’
Latín: labyrinthus, labyrinthi (m.): laberinto; enredo El origen de la palabra en griego está por determinarse con seguridad. Según la opinión más generalizada, es un término procedente del substrato prehelénico, que probablemente está relacionado con el nombre λαβρύς 'doble hacha', en lo que se supone que haría referencia a la casa con la doble hacha, entendida ésta como símbolo de autoridad. En cualquier caso, el término se refiere primariamente a un monumento complicado que comprende diversas construcciones reunidas mediante pasadizos: el más emblemático en la antigüedad griega fue el de Creta, en el que se dice que habitaba el Minotauro. Ese carácter tortuoso, que dificultaba la orientación dentro del edificio, pasó a definir también en griego a los razonamientos complicados o a los discursos incomprensibles (cf. Chantraine, 610-611); y, además, ha servido también para dar nombre a otros conceptos en español, como puede verse en las acepciones siguientes. En cuanto al término español, se atestigua ya en 1444, en el título de la obra principal del escritor cordobés Juan de Mena: Laberinto de Fortuna (cf. Corominas, 3, 544). Acepciones
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Primera documentación
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