Antonio de Andrés fue un franciscano nacido en Tauste, cerca de Zaragoza (España), en el año 1280. Cursó estudios en Lérida y París, donde se doctoró en Artes y Teología, y donde fue discípulo de Duns Escoto. Fue llamado durante su época ‘doctor dulcifluus’. Escribió comentarios a distintas obras de Aristóteles (In libros VIII Physicorum; In libros peri hermeneias, etc.), Porfirio o Boecio (In librum divisionum Boethii); en muchas ocasiones, escritos suyos han sido atribuidos al propio Escoto. Murió alrededor de 1320.
Esta obra carece de portada en que se expliquen sus datos más básicos; en su primera página puede leerse: “Questiones Antonii Andree super duodecim libros metaphysice”. Se encuentra ampliamente anotada en los márgenes por algún lector ocasional. En algo más de cien páginas Antonio de Andrés intenta aclarar y complementar algunas cuestiones de distinta naturaleza derivadas de la obra de Aristóteles; así por ejemplo: si los animales están dotados de prudencia; si la metafísica es conocimiento práctico o especulativo; si la práctica es un arte más noble que el saber especulativo; si somos capaces de conocer el infinito; etc.; así, hasta contestar aproximadamente unas noventa cuestiones de este tipo. Es en el colofón de la obra donde se indican más datos relativos su publicación: fue enmendada por Lucas de Suvereto, también franciscano; se imprimió en Venecia, en la tipografía de Bonetus Locatellus, a expensas de Octaviano Scoto, el sexto día de las idus de agosto de 1491.
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